Piel escamada: causas y soluciones
Te damos las claves para que tu rostro vuelva a recuperar el brillo y la firmeza
La piel puede presentar diferentes cambios a lo largo de la vida, incluso a lo largo de un mismo año o una semana. En ocasiones, sin saber por qué motivo, se puede sufrir descamación en la piel y es difícil encontrar la forma de tratarla. Vamos a darte los detalles sobre cómo actuar si tienes la piel escamada.
¿Qué es la piel escamada?
La descamación de la piel es la pérdida de la capa más superficial y externa de la piel (epidermis). Con frecuencia, exponemos la piel a factores medioambientales que pueden irritarla, como el sol, el viento, la contaminación, la sequedad o la humedad excesivas. La irritación continuada puede provocar esa descamación de la piel. Esta descamación puede ocasionar un daño directo en la piel, como una quemadura solar o puede ser signo de un trastorno del sistema inmune.
Estas son algunas de las señales que te indicarán que tienes la piel escamada:
- Picor continuo.
- Tirantez, incluso en ocasiones se pueden presentar grietas.
- Color grisáceo, sobre todo en las líneas de expresión.
- Tacto rugoso y áspero, semejante al papel de lija.
- Rojeces.
Causas de la piel escamada
Hay factores externos e internos que contribuyen a la descamación de la piel. Algunos de ellos son la contaminación, la sequedad, el viento, la humedad excesiva o la exposición solar. También pueden influir otros factores como no llevar una buena alimentación rica en frutas y verduras o no beber el agua que tu cuerpo necesita. Ya sabes que es muy importante cuidarse desde dentro para que los resultados sean visibles en el exterior.
La causa principal de la descamación de la piel es la deshidratación, pero los cambios de temperatura también tienen mucho que ver en los cambios de tu piel. Las temperaturas extremas, tanto el frío como el calor, la exposición solar, el aire acondicionado y la calefacción pueden hacer mella en el aspecto de tu rostro. La edad es otro factor que influye en la descamación de la piel. Con el paso de los años se pierde firmeza y colágeno, lo que contribuye a una menor retención de agua en la dermis y una piel más seca y deteriorada.
Si tus hábitos son saludables y aun así tu piel tiende a la descamación, puede deberse a otros factores internos. El estrés, el tabaco, la genética o enfermedades como la dermatitis o la psoriasis pueden ser las causas.
¿Cómo tratar la piel escamada?
Aunque a veces la descamación se produce por factores externos, una mejor hidratación puede hacer que mejore y luzca sana e hidratada.
Consejos para este tipo de piel:
- Crea una rutina de cuidado facial y adapta los productos que vas a utilizar a tu tipo de piel. Usa siempre un limpiador suave. Te recomendamos un agua micelar para pieles sensibles como el Agua Micelar Sensitive de Garnier.
- Hidratar eficazmente puede ayudar a combatir la sequedad y descamación de la piel. La crema hidratante se convierte en un paso fundamental que debes instaurar en tu rutina diaria. Para pieles secas, te recomendamos una hidratante con aceites e ingredientes nutritivos.
- Las pieles mixtas y grasas también pueden sufrir descamación, pero en este caso es recomendable usar pero en este caso es recomendable usar Gel hidratante con savia de aloe que recarga la piel de agua aportándole jugosidad y luminosidad
- Los cuidados extra también ayudan a calmar la piel con descamación: utiliza un exfoliante suave una vez a la semana para eliminar las células muertas y aplica mascarillas con ingredientes beneficiosos.
Si después de instaurar estos nuevos hábitos, no notas ninguna mejoría, debes acudir a un dermatólogo para que diagnostique de dónde viene el problema. ¡Esperamos haberte ayudado!